3 tips que recomiendo antes de emprender

Hombre caucásico aburrido en la oficina.

Sebastián es un profesional experto en desarrollo de tecnología y trabaja para uno de los bancos más importantes del país. Sin embargo, desde hace algunos años viene sintiéndose cansado y agobiado de su vida corporativa. Tiene un cargo gerencial, por lo que su día a día consiste más en monitorear el avance de su equipo, negociar y coordinar con otras áreas para desarrollar los proyectos que tiene asignado y preparar presentaciones gerenciales que muestren su progreso. Hace mucho que no se dedica a desarrollar tecnología por sí mismo, porque para eso tiene un equipo a cargo, y eso lo tiene un poco frustrado.

Así que, luego de pensar y evaluar con mucho detalle su situación, Sebastián decide renunciar a su cargo para volverse un profesional independiente y quizá montar su propia pequeña empresa de tecnología y regresar a desarrollar cosas por sí mismo.

Ahora Sebastián se siente lleno de energía, con ganas de comerse el mundo. Tiene mucho más tiempo libre para dedicarse a pensar en su negocio y pasar tiempo con sus hijos. Los primeros días se sienten maravillosos mientras arma su plan de negocio y comienza a conversar con potenciales clientes. Ya ha podido entregar algunas propuestas de trabajo y está a la espera de concretar un primer negocio.

Sin embargo, pasan los meses y Sebastián todavía no tiene respuestas positivas. La mayoría de sus potenciales clientes aún no responden y algunos ya le dijeron que sus precios son un poco altos para lo que pueden pagar.

Es entonces que la emoción inicial de esta aventura comienza a convertirse en preocupación y ansiedad para Sebastián. Ya van 7 meses y todavía no ha podido generar ingresos, además comienza a dudar si es que realmente él vale lo que está tratando de cobrar, e incluso si realmente alguien estará interesado en recibir sus servicios. Quizá no fue una buena renunciar a una empresa donde tenía un ingreso fijo garantizado y donde todos valoraban su trabajo. Comienza a sentir pánico al pensar que se equivocó y está perjudicando a su familia por un sueño loco de independencia. Quizá será mejor comenzar a buscar un trabajo.


¿Cómo podemos evitar este final?

Esta es la realidad para muchos emprendedores y lo que le pasó a Sebastián es el temor de muchos de los que emprendemos. Se ha romantizado demasiado la vida independiente y eso hace que perdamos de vista el verdadero riesgo que hay detrás de la decisión de abrirse camino por sí solo, especialmente si vienes de una vida dependiente.

No podría enfatizar más en decir que la vida independiente es totalmente diferente a la vida dependiente. Y si no estás preparado, te puede dar una revolcada emocional nada agradable, especialmente durante tu primer año.

Por eso, luego estar concluyendo mi primer año como independiente, y de manera exitosa, diría yo, quiero compartir 3 cosas que recomiendo tener/hacer antes de tomar la decisión de emprender.

Yo considero que estos 3 tips han sido clave para haber sobrevivido mi primer año solo, y aún así he tenido que enfrentarme con muchas inseguridades y miedos. Lo único que prometo con esto es que esos miedos no te tumben al piso y tengas una oportunidad para luchar por tu sueño independiente.


Hombre ingresando al mar mientras empuja su barco de madera




3 Tips:

Colegas celebrando en un rooftop y brindando

1.     Aprende a vender.

Este tip es el primero porque es un sí o sí. Quiero ser muy enfático en la importancia de este punto. Si no te gusta o no quieres vender, te recomiendo que no renuncies a tu trabajo.

Cuando me convertí en un profesional independiente, me convertí en el producto y el vendedor a la vez. Uno puede ser un experto en lo que sea, pero si nadie te conoce, nadie sabe lo que haces ni lo que puedes resolver, es como si no existieras.

No es suficiente con cambiar tu estado en LinkedIn o hacer un post para compartir lo feliz que estás por emprender. Vender consiste en saber armar tus productos o servicios, crear una marca clara y emocionalmente atractiva, diseñar una propuesta de trabajo persuasiva, encontrar el precio adecuado para lo que haces (esto es súper difícil), saber hacer networking para identificar potenciales clientes, saber comunicarte con esos potenciales clientes para no caer antipático ni parecer que estás vendiendo, entre muchas cosas más.

Vender es todo un arte y no estoy tratando de decir que tienes que ser un experto antes de emprender, pero sí tienes que sentirte cómodo con la idea de que va a ser parte de tu trabajo. Y si estás seguro de que vender no es para nada lo tuyo, entonces tienes que pensar en asociarte con alguien que sí lo pueda hacer. Nomás recuerda que eso significa que tendrás que compartir tus ganancias con esa persona (y eso no funciona bien si lo que buscas es ser un free lance, por ejemplo).

Lo bueno es que existen muchos recursos para pulir nuestras habilidades de venta. Yo siempre recomiendo un muy buen libro llamado “Influence” de Robert Cialdini. Este autor estudió a varios vendedores y aterrizó 6 principios clave que pueden ayudar a mejorar tus capacidades de influencia y persuasión en otras personas. No te va a volver en un vendedor experto, pero es un buen primer paso. Lo demás se gana en la cancha (y en YouTube).

 

Mujer trabajando desde casa, sentada en un escritorio de madera, tecleando en su laptop

2. Hazte conocido en tu especialidad

Conseguir clientes es de las cosas más importantes en las que siempre vas a estar trabajando como independiente y para eso necesitas tener una marca personal sólida y bien difundida.

Quiero resaltar esto en negrita para que quede muy claro: toma mucho tiempo hacerse conocido. Y si las personas no te conocen y no saben en qué eres bueno, no van a comprarte. Por eso, tienes que empezar desde ya a trabajar en eso.

Yo comencé a trabajar en mi marca personal muchos años antes de dar el gran salto. Comencé haciendo posts semanales, cada Domingo, en LinkedIn compartiendo contenido que me parecía importante sobre Behavioral Science y luego incrementé a 2 posts semanales. Me tomó cerca de 3 años ir ganando seguidores y poco a poco fui abriendo otros canales, como YouTube e Instagram, para poder llegar a más personas.

No quiero decir que necesitas estar en todas las redes ni ser un influencer, pero sí es importante que el mercado te asocie rápidamente con tu expertise porque de esa manera pensarán en ti al momento que tengan alguna necesidad relacionada con tu tema.

Casi todos mis primeros clientes han sido personas conocidas que tengo en mis redes y que estaban interesadas en colaborar conmigo, ahora que ya me encontraba independiente. Eso ayuda a poner la pelota en movimiento y ganar experiencia rápido (algo clave para ganar confianza y que mencioné en este artículo).

Por eso, te recomiendo que primero pienses bien en qué eres bueno y en cómo te encargarás de hacerlo saber. Si necesitas ayuda con eso, puedes contactarme directamente para contarte sobre un plan que ofrezco en el que acompaño a profesionales para poner esta pelota en movimiento.

 

Mujer contando billetes en una mesa de madera en su casa

3. Ten un colchón de dinero de por lo menos 2 años

Finalmente, mi 3er tip es el más importante de los 3. Es un punto tan importante que también lo comenté en el artículo en el que hablaba sobre cómo sobrevivir a la incertidumbre del emprendimiento. Y es que, si no tienes oxígeno financiero mientras emprendes, vas a estar en serios problemas.

Para emprender, necesitas mucha lucidez y calma para poder armar bien tus productos, pero más aún para hacer correctamente tu trabajo comercial. Sentir ansiedad por conseguir dinero se puede convertir rápidamente en desesperación y eso es algo que le vas a transmitir de alguna forma u otra a tus clientes.

La forma en la que yo he abordado este tema es sencilla. He decidido que voy a invertir el dinero equivalente a 2 años de mi sueldo mensual en mi propio startup. Es decir, en vez de invertir en el negocio de alguien más, lo voy a hacer en mí mismo y pagarme el tiempo necesario para desarrollar mis propios servicios y proyectos. Si pasan los 2 años y no he logrado hacer volar mi sueño, regresaré a un trabajo dependiente, pero sabré que lo intenté. De esta manera, durante estos 2 años tengo la tranquilidad de que las cuentas se están pagando y que a mi familia no le faltará nada mientras yo invierto mi tiempo en lo que yo quiero.

Así que les voy a contar paso a paso lo que yo hice para poder emprender de manera tranquila y que me sirve como un escudo psicológico ante mi ansiedad e incertidumbre. No les prometo que esto haga que desaparezca la ansiedad, pero sí les va a servir para controlarla, respirar y recordar que todo va a estar bien (algo que vas a tener que hacer con más frecuencia de lo que crees).

Paso 1: Calcula tu Ingreso Mínimo Viable

Lo que necesitas para vivir bien es menos de lo que piensas, créeme. Tu Ingreso Mínimo Viable es el monto mensual que necesitas para pagar las cuentas más importantes y mantener un estilo de vida que se te haga cómodo, y suficiente con eso. Si quieres saber cómo lograr ese número, revisa este artículo donde lo explico paso a paso.

Paso 2: Define por cuántos años vas a invertir

Yo decidí que quería darme 2 años, asumiendo que el primero sería para aprender y ponerme a prueba y el segundo será para escalar un poco más. Pero el número depende de ti y de cuánto dinero tengas para invertir en ti mismo.

Paso 3: Abre una nueva cuenta de ahorros y deposita el dinero que vas a invertir

Esto es vital porque psicológicamente necesitas saber que este dinero ya no es de tu ahorro sino de tu sueldo. Tenerlo en una cuenta separada te va a ayudar a saber que está ahí para ti y que no estás consumiendo mensualmente tus ahorros (es un truco psicológico que aprendí). Además, te recomiendo que lo pongas en un banco que pague buenas tasas de interés, cosa que puedas capitalizar un poco ese monto.

Paso 4 (opcional): Haz la cuenta mancomunada con alguien de confianza

Si vienes de una vida dependiente, este paso puede ser de ayuda. Lo que debes hacer es compartir la cuenta con alguien de confianza (pareja, padres, etc) y pedirles que te depositen todos los meses tu “sueldo” a tu cuenta regular. Suena gracioso pero les aseguro que esto les va a dar un toque extra de calma porque van a simular la experiencia de recibir un sueldo hasta que se comiencen a acostumbrar a esta nueva vida. Esta fue idea de mi esposa y funcionó de manera extraordinaria conmigo.

Tener este colchón me permitió trabajar más tranquilo durante mi primer año, lo cual me ayudó a vender la suficiente cantidad de proyectos para cubrir mis costos de todo ese año, y un poco más. Es decir, recuperé mi inversión y ahora tengo dinero para invertir 1 año más en mi proyecto. De esta forma, poco a poco, vas ganando tracción y, como cualquier negocio, vas creciendo hasta llegar a un punto en el que tus ingresos puedan superar lo que ganabas como dependiente (si es lo que buscas para ti).

 

Usa estos tips como defensas psicológicas

Tengo más tips que podría compartir pero estos 3 primeros me parecen los más importantes. Tanto así, que no le recomendaría a alguien emprender si es que no se siente cómodo con alguno de los 3.

Como dije al inicio, la vida independiente es muy diferente a la dependiente y no es para todos. Si bien tiene cosas muy bonitas y que disfruto mucho, también tiene días muy difíciles, especialmente en el plano emocional. Por ello, es importante tener defensas y trucos psicológicos que nos ayuden a luchar por lo que queremos, y a tener el oxígeno necesario para trabajar con lucidez y disfrute.

Déjame un comentario si alguno de estos 3 tips te dejó pensando o si tienes algunos otros tips que compartirías desde tu propia experiencia.

Anterior
Anterior

Lo que aprendí cuando dejé de ganar un sueldo mensual

Siguiente
Siguiente

Todos tenemos miedo a que nos “descubran”